Este es el primero de siete textos dedicados a Vidas pasadas (Past Lives, 2023), escrita y dirigida por Celine Song, con fotografía de Shabier Kirchner.
Una película que observa el tiempo, el deseo y los vínculos con una mirada sutil y honesta.
Todo comienza con una escena en apariencia simple: tres personas sentadas en un bar. Pero lo que parece cotidiano está cargado de intenciones, gestos contenidos y preguntas sin resolver.
Este primer capítulo no busca explicar, sino abrir puertas: al pasado, al presente y a lo que no se ve, pero se siente.
Comencemos…
Una escena en un bar, de madrugada. Tres personas: una mujer y dos hombres. Dos son coreanos, el otro estadounidense. Los coreanos hablan; el americano observa en silencio.
Dos voces en off (una mujer y un hombre) se preguntan qué relación hay entre ellos. ¿Una pareja y un amigo? ¿Dos ex? No se sabe. La cámara se acerca al rostro de ella. Mira directo a cámara. Corte a negro.
24 años antes.
Barrio humilde en Corea del Sur. Ella y un niño suben unas escaleras. Ella llora. Él cree que es porque sacó mejor nota. Ella lo confirma. Él, confundido, dice que ella siempre saca mejores notas y que él no llora por eso. Se va, dolido.
Cambio de escena. Oficina en casa. Cámaras de carrete, productos Kodak, papeles, libros. La madre fuma, el padre lleva gafas. Las hijas interrumpen. Quieren cambiarse el nombre: Michelle y Mary. ¿Para qué? ¿Un juego? ¿Teatro? No se sabe. El padre propone: Leonore. Nora.
Cambio de escena. La madre y la niña están solas, sentadas en la mesa de la cocina. La luz es tenue, tranquila. La madre le pregunta si le gusta alguien en el colegio. Ella dice que sí. La madre organiza una cita. Ella acepta feliz. No lleva vestido. Solo ropa cómoda. Infancia real.
La cita es en un parque. Una gran escultura en el centro. Juegan con paraguas. Él de azul, ella de amarillo. Colores complementarios. Todo parece casual, pero está pensado. Intención clara. Puntos positivos para el director de fotografía. Nada está puesto al azar.
Mientras ellos juegan, las madres observan desde lejos. La madre de ella, con su cámara de carrete colgada, le cuenta a la otra que pronto se irán del país. Los niños no lo saben. Todavía no.
Ellos siguen riendo, persiguiéndose, mirándose. Hay algo entre ellos, aunque no tenga forma aún.
La escena final: en el coche, tomados de la mano. Él la mira, luego gira y mira por la ventana. Como si pudiera ver un futuro con ella. Juntos.
Hasta aquí, Vidas pasadas sugiere mucho sin decirlo. No es amor, no es solo amistad. Es una conexión temprana, que empieza antes de entenderse.
Y ahí, en esa mirada final, aparece la pregunta que posiblemente va a atravesar toda la historia:
¿Qué hacemos con los vínculos que no terminan, pero se interrumpen?
Capítulo 2 de 7: Vidas pasadas
Este es el segundo de siete textos dedicados a Vidas pasadas (Past Lives, 2023), escrita y dirigida por Celine Song, con fotografía de Shabier Kirchner.