No hubo aviso.
Solo el clic del pestillo al cerrarse,
y el silencio.
No ese silencio cómodo de una casa dormida.
Este era distinto. Más denso.
Como si alguien contuviera la respiración.
El suelo bajo sus pies ya no era cálido.
Era frío, ligeramente húmedo,
como tierra olvidada.
La alfombra ya no estaba.
Tampoco la pared.
Extendió una mano. Tocó aire.
Otro paso, y entonces ocurrió:
la luz se apagó.
No como cuando se va la electricidad.
No.
Esto fue…
como si alguien la hubiera apagado desde dentro.
Desde muy dentro.
Sintió un leve crujido detrás de él.
Un aliento sin cuerpo.
Un roce apenas audible.
El olor cambió: a metal, a polvo cerrado,
a algo que no quería ser encontrado.
No gritó.
Solo cerró los ojos.
Y comprendió que no estaba solo.
Ni ahora.
Ni antes.
Este texto forma parte del reto literario propuesto por
para la comunidad hispanohablante. El desafío consiste en escribir siete microrrelatos en una semana, cada uno inspirado en una frase disparadora. El límite es de 250 palabras por texto, y este corresponde al día martes: “La luz se apagó”. Más información aquí.Imagen: Disparate de miedo, de Francisco de Goya.
Grabado perteneciente a la serie de Los Disparates, donde lo irracional y lo onírico toman forma.
Aquí, el miedo no es grito, es sombra.
Una figura desbordada, que no corre… observa.
Como en el microrrelato, lo que inquieta no es lo que se ve, sino lo que se presiente.
Simón, no paras de sorprenderme. Tu capacidad de transmitir al lector las emociones que están sintiendo los personajes es fascinante. Al leer tu texto he sentido un escalofrío en la espalda y por un momento sentí que había alguien detrás de mí. Qué maravillosa es la literatura, que te transporta a otro lugar, a otro tiempo y en otra piel. Y qué maravilloso que haya autores como tú, con una técnica narrativa minuciosa y a la vez compleja, que te atrapa desde el primer momento y te mantiene en espera de lo que va a pasar después. Tu historia de hoy me recordó muchísimo a uno de los grandes autores de literatura hispanoamericana, Julio Cortázar, y su relato "Continuidad de los parques". Lo más importante de un relato o microrrelato es su estructura interna, cómo se compone y cómo va evolucionando el hilo narrativo. No sé si tú lo planeaste o te salió así natural, como flujo de conciencia, pero me ha encantado cómo ha ido avanzando la historia hasta el momento final. Además, me he dado cuenta de que tus descripciones no son para nada aburridas y esto, Simón, es uno de los mayores cumplidos que puedo hacerte. Estoy deseando leer la historia de mañana ❤️ P.D.: disculpa si hay erratas en el comentario, he tenido un día muy intenso y estoy bastante cansada pero no quería irme a dormir sin leer y comentar tu historia. Un abrazo enorme.
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻